Priorizamos el acceso y la liberación, no sólo las victorias políticas
Los derechos civiles y las protecciones legales, aunque de importancia crítica, no acaban intrínsecamente con la marginación de las comunidades oprimidas.
Por eso la justicia de género es diferente de los derechos de género. La justicia de género es una respuesta a las experiencias vividas por las personas de violencia y opresión que las protecciones legales y civiles por sí solas no pueden abordar.
La justicia de género como marco reconoce el papel que los sistemas estatales, jurídicos y económicos pueden desempeñar en la perpetuación de la violencia y la opresión de género.
Las leyes y políticas que pretenden apoyar a las comunidades marginadas pueden a veces crear más opresión y violencia. Existen numerosos ejemplos en los que las propias leyes castigan a las personas por los resultados de sus embarazos, su autodefensa frente al acoso o la violencia, su estado serológico respecto al VIH y su participación en el comercio sexual.